domingo, 18 de enero de 2015

(Creepypasta) Need For Speed: Death-Canyon


Muchos recordamos Need For Speed: Carbon, un juego muy influenciado por Fast and Furius: Tokio Drift, los allegados a tal juego y a tal película lo sabemos. Carbon fué uno de los títulos que de niño más recuerdo con resentimiento, logré pasar casi todo el juego con facilidad, excepto los últimos niveles; la última parte fué en verdad un dolor de cabeza para mí. Crecí y decidí ponerme frente a frente con mi peor enemigo, Darius. Para esta empresa conseguí lo que en verdad fué mi mejor arma: me compré un control de Xbox 360 para mi PC, mi única consola. Soy una especie de deísta-agnóstico, pero les juro que agradecí a Dios todopoderoso darme licencia de estar aquí contando esta historia.

Estaba ya en mis últimas carreras. Era de noche, no tenía a nadie cerca,  mis padres se hallaban dormidos, mi madre, como de costumbre me dijo "No te desveles". Cómo lamento no haber hecho caso de sus palabras, una especie de mensaje divino al que hice caso omiso.  Inicié mi último reto, elegí mi confiable Mitsubishi Lancer Evolution X, pues decían que los tuners eran los mejores para derrotar a Darius. Pasé todas las carreras preliminares con facilidad, entre mis básicas nociones de manejo en carreras (como abrirse a la derecha para dar vuelta a la izquierda) y mi control de 360, las carreras fueron juego de niños. Llegué al reto del cañón con Darius fácilmente, cuando le gané en la ciudad, él soltó un alarido tenebroso que confundí con algún bug, nada grave.

Comencé la carrera en el cañón, lo perseguía como estaba estipulado, lleno de adrenalina hacía mi mejor trabajo, hasta que por algún golpe de buena o mala suerte tiré a Darius de la barra de contención, había visto un par de videos de los jefes caer del barranco, pero esta vez no pasó como en el video. Si jugaste el juego, sabes que en las carreras de jefes aparecía un pequeño recuadro en la esquina que mostraba las reacciones del oponente, ví su reacción al caer del cañón, su boca hizo una mueca que deformaba su cara y sus ojos se tornaron negros mientras gritaba con una voz gutural y fantasmagórica "¡Nooooooooooo!", me asusté al ver y oír aquello, aún así estaba conciente de mi triunfo, celebré haberle ganado la carrera a Darius de la forma más épica.

Sin embargo mi sonrisa se borró de la boca, el juego comenzó a distorsionarse, primero me sentí extrañado con aquello, después fué un sentimiento de total terror, Darius ahora me persguía en el mismo coche, pero se encontraba accidentado, no como se accidentan los coches en éste juego (Un par de rayas y ya), el coche estaba totalmente lleno de abolladuras y parte del techo practicamente ya no existía; su cara estaba hecha girones, sus ojos eran ahora negros con puntos rojos en el centro, una de sus mejillas se había hecho puré y se asomaba su dentadura, de su cabeza se asomaba su cráneo, sus manos tenían pedazos de carne colgando. Al verlo, me asusté bastante  ahogué un grito cuando ya no podía mover mis manos del control.

Poco a poco mis manos dejaban de sostener un control, y sostenían un volante, no sabía si era un sueño o simplemente una alucinación, pero estaba claro que ya no estaba en mi cuarto, me encontraba sentado dentro de mi Lancer. Voltee hacia el retrovisor y lo ví, ese maldito bastardo "¡Te voy a hacer mierda cuantas veces deba hacerlo!" Grité, sin embargo, por dentro estaba muriendo de miedo, y al ver su retorcida sonrisa, me di cuenta que él lo sabía.

Mis manos temblaban sudorosas en el volante, no tenía mucha experiencia manejando coches, y mucho menos a más de 100 kilómetros por hora. Curiosamente los gráficos y la física del juego seguían ahí, veía mis manos en textura de videojuego, pero las sentía muy reales, no sé, simplemente era extraño. 

Darius estaba demasiado pegado a mí, no podía hacer nada para quitármelo de encima, a veces me golpeaba y me sacaba un poco de control, pero me las apañaba para controlar el coche. Pasaba cerca de las barras amarillas, daba giros muy cerrados. Darius seguía detrás de mí, mis brazos comenzaban a doler de nervios, mi corazón a punto de explotar, seguía preguntándome en el fondo qué estaba pasando. 

Asumí que la única manera de ganar era haciendo trampa, pues si se me terminaban los puntos moriría, me quedaba una única curva que haría caer a Darius. Frené en seco y permití que Darius pasara. En un arranque de euforia dijo "¡Tu alma es mía!", con furia y temor pisé el acelerador a fondo, tenía 10 segundos para alcanzarle y sacarle de la pista. Lo alcanzé en 3 segundos, era todo o nada, fuí con todo hacia Darius, su coche se ladeó y no pudo controlarlo. Sumí mi pie en el acelerador y lo llevé fuera del barranco, inmediatamente frené. 

Quedé con las ruedas frontales volando fuera del barranco, todo había terminado. Desperté de mi sueño con el control en las manos y borré el juego de mi PC. Nunca sabré si esto fué un sueño o si fué verdad...

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