lunes, 9 de mayo de 2016

¿Sexo antes del matrimonio? ¡Por supuesto!

Si me preguntaran qué tan abierto soy al hablar de sexo, diría que soy un guarro pudoroso, pues por un lado me parece divertidísimo decir guarrerías como si no hubiera un mañana, pero por el otro lado no me gusta hablar de mi propia sexualidad, me incomoda que me pregunten cosas muy específicas; todo porque me siento incómodo hablando de eso, ni siquiera con amistades muy íntimas me siento cómodo. Sin embargo, me siento mejor hablando del sexo en un aspecto muy general en el que no hable tanto de mí.


Ño.

Recientemente, en los baños de mujeres de mi querida escuela, pegaron una gran cantidad de carteles apoyando la abstinencia sexual antes del matrimonio -No había esos carteles en los baños de hombres (aún no), por lo que podemos concluir que las guarras impuras son las mujeres-. Parece haber una crisis en la religión desde que se inventó el condón de latex y salieron al mercado una cantidad impresionante de métodos anticonceptivos, el mandamiento más olvidado entre los feligreses es el sexto: "No fornicarás".

Es posible que dicho sexto mandamiento sea uno de los orígenes del llamado "Heteropatriarcado" que las feminazis ven hasta en la sopa de caracol; pues es el origen de la discriminación a la homosexualidad, la aversión a cualquier práctica sexual que no sea el coito y cuyo fin último no sea la reproducción, pues tener relaciones sexuales con el fin del placer sexual es pecado. Ahora bien, vayamos a la pregunta central ¿Qué es mejor? ¿Tener relaciones antes del matrimonio o esperarse?



Mi respuesta ante casi cualquier cuestión es un "ve y has lo que tu chingada voluntad quiera; sin embargo, yo recomiendo ampliamente que...", principalmente porque a la hora de dar consejos uno se olvida de que hay cosas que la otra persona no está dispuesta a hacer que uno sí. En el tema de abstinencia hasta el matrimonio, recomiendo ampliamente desobedecer -bueno si eres muy religioso pos no lo hagas y ya- ¿Por qué? Ahora lo explico.

Imaginad por un momento que os vais a comprar un auto. Ya habéis decidido qué tipo de carro y hasta tenéis una lista de modelos. Sin embargo, al final decidís comprar el que os parece el más bonito sin antes hacer un test drive; pasa una semana y os entregan el carro, estáis emocionados a tope. Sin embargo, a la hora de manejar os dais cuenta que el pendejo carro es una porquería: los espejos no te dejan ver nada, su arranque es lento como un río de mierda, gasta un chingo de gasolina, y para colmo es tan bajito que a cada rato se putea en los topes. Conclusión: os dan ganas de ser tragados por la tierra, no podéis comprar otro auto porque el gasto ha sido tremendo; así que sólo os queda quedaros con él por un largo tiempo. Lo mismo sucede con las relaciones amorosas; antes de aceptar vivir con alguien el resto de la vida, me parece necesario probar la compatibilidad sexual. 


Además, te ayudará a darte cuenta que todos los hombres se
duermen instantes después de terminar :P.

Imagínense que en la luna de miel, llegaron a un hermoso hotel de cinco estrellas, hay velas y sábanas de seda, una botella de champán helada, llega el momento mágico, comienzan a desnudarse y... él tiene esmegma porque no se lava la poronga, sería una madre que pasara eso; o que tal que él tiene un pitín y no se siente nada, o por el contrario tiene a Cockzilla entre las patas y te parte en cuatro. O que tal que ella tiene un blue waffle, o le huele la concha a sardina y a vosotros les va más la mojarra. Que tal que vuestra pareja se mueve como si le diera la chiripiorca, o dura mucho u muy poco, esas cosas son importantes.

Considero que es peor la abstinencia porque no hay un conocimiento previo; además, la infidelidad es más probable si no hay esta comunicación previa. Contarle a tu pareja qué te gusta, que él o ella te diga qué les gusta y juntos explorar nuevas posibilidades me parece mil veces mejor que andar a secas. Además de que ganas experiencias, con el tiempo sabes lo que te gusta y te conoces mejor en ese aspecto, y a la hora del casorio no andas cochando como el oso de The Revenant. Sin embargo; claro, respeto cualquier decisión que tomen las personas, la verdad es que cada quién hace o no hace lo que quiere en su alcoba y esto es al final mi puta opinión. Les dejo mis pensamientos, ahí úsenlos como deseen. ¡Hasta otra grumetes!