jueves, 29 de enero de 2015

Las fobias irracionales que no son tan irracionales.

Yo, el momento en que me inyectaron...

Esta imagen me provoca arcadas y escalifríos...

Hace un par de años salí para Estados Unidos, y entre tantos trámites de pasaportes, visas y demás mis padres decidieron que debíamos ponernos una vacuna contra la influenza AH1N1. Reitero mi estado en ese tiempo, para avergonzarme más: tenía 19 años, en ese tiempo tenía novia, vale, ya estaba grandecito. Llegué al lugar donde nos iban a aplicar la vacuna, estaba tranquilo, sabía que me iban a inyectar. Todo parecía ir bien hasta que ví la maldita aguja... maldije, patalee, lloré, arme un follón... entre tres enfermeras me acorralaron en la esquina y por fin me inyectaron. Lo peor es que ni siquiera me dolió, fué más drama que nada... sí, me porté como un gilipollas sin razón alguna. 

No me gustaría tenerla en mí brazo, pero tampoco me aterroriza demasiado la verdad...

En el primer año de carrera, me encontraba tomando una clase, todo iba con tranquilidad, hasta que una de mis compañeritas gritó fuertemente y salió corriendo del salón, se le había parado una arañita en el cabello. Salí a conseguirle papel, en el camino ví a mi compañera temblando y llorando desconsolada, cuando uno intentaba acercarse lo empujaba porque decía que aún sentía caminar a la araña. Unos años antes, iba en el camión y sentí algo raro en mi cabeza, al rascarme apareció en mi mano una araña patona, muy similar a la que le había caminado ami amiga, me asusté un poco pero la aventé sin menor problema.

Nótese que también le temo a las alturas...

Entre mi incidente con la araña y el incidente que sufrió mi compañera no hay ninguna similitud más que el hecho, a ambos nos caminó una arañita en el cuerpo. Sin embargo, compartimos el mismo terror cuando me inyectaron, tal vez cuando a ella la inyectan no se exalta en lo más mínimo. 

Flaca, trae mi lanzallamas...

Desde fuera, ambos casos pueden parecerles graciosos y hasta cierto punto ridículos, pero piensen por un momento en aquella cosa que pueda provocarles un pavor irracional e inexplicable, y podrán comprender qué es aquello. Es curioso, cada que reflexiono sobre aquella vez que me inyectaron me dan ganas de que me trague la tierra, de verdad no comprendo por qué me puse así; pero en el momento sentí el pavor y la desesperación más fuertes. Supongo que no viviré mucho si no se encuentra una alternativa a las inyecciones, no sé, anestesia en pastillas o cosas así, igual y si a alguien le nace nos pueda contar alguna experiencia terrible con relación a esto... ¡Hasta otra grumetes!

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domingo, 25 de enero de 2015

Traumas Infantiles

Yo, el infame día que mordí una torta atascada de mayonesa...

Con el tiempo cambiamos constantemente, si comparáramos al "yo-actual" con el "yo-niño" estoy seguro que nos encontraríamos con dos personas completamente distintas, incluso si nos comparamos con el  "yo" de hace un par de años, sería muy raro que nos encontráramos con la misma persona, bueno, más que raro sería deprimente, cuando alguien dice "Plis nunk cambies, vales mil", le está pidiendo algo imposible y (sinceramente) estúpido, cambiamos irremediablemente. Sin embargo, la infancia es importante, de ahí vienen algunas costumbres, fobias, y por supuesto los traumas; que por más que cambiemos, siguen ahí, por el resto de la vida. 



Un buen día a mi madre se le ocurrió ponerme huaraches porque a su parecer hacía demasiado calor y consideró que mis piecitos debían mantenerse frescos. Yo no quise usarlos, pero mi madre me los puso a huevo. El resultado ya se lo imaginarán: nunca más en mi vida quise usar huaraches, no tengo ni un par de esas cosas en mi armario, los odio con todo mi ser. Sólo puedo usar crocs o similares, porque es tanto mi repudio a los huaraches que si debo usar sandalias o algún derivado, prefiero que sean lo más parecidos a un zapato. En mi puta vida volveré a usar huaraches, eso representa un gasto porque debo comprar enormes cantidades de talco para que no me apesten las patas, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar. 

No puedo con ellos... claro, que los usen otras personas me da igual,
pero a mí me cagan.

Otro buen día, mi tía nos compró unas tortas para comer. A mí me dieron una de pollo, las primeras dos mordidas estuvieron bien, ya tenía mucha hambre, pero cuando llegué casi a la mitad, se desató el infierno. El cabrón que hacía las tortas embarró mal el pan de mayonesa, toda la puta mayonesa se encontraba a la mitad de la torta. El sabor llenó mis pequeñas papilas gustativas, quise vomitar, de hecho creo que de verdad vomité. El resultado: el sabor me da mucho asco, puedo detectar mayonesa en cualquier comida por muy poca que contenga. Éste trauma lo manejé un poquito mejor, con el tiempo desarrollé tolerancia y la puedo comer en cantidades mínimas, sin embargo prefiero mantenerme alejado de ella. 

¡Aléjate de mi Satanás!

Supongo que llevaré esos dos traumas el resto de mi vida, ya no hay manera de condicionarme para revertir el efecto. Me estoy quedando sin talco, así que los dejaré con una cancioncilla ¡Hasta otra grumetes!

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jueves, 22 de enero de 2015

Complejos de sexualidad

El terror de mis padres...

Mis padres (más mi padre) y yo, entre los muchos problemas que existen, hay uno con respecto a mi sexualidad. Ambos dudan de que sea realmente heterosexual.  Todo se reduce a una barrera mental que no poseo: complejos sexuales. 

¿Me creerías si te digo que este hombre con apariencia tan varonil
es homosexual?

Entiendo por complejo sexual el cerrarse a distintas cosas por ser algo "propio" del sexo opuesto, por ejemplo: pintarse las uñas. En México los homosexuales por lo regular son muy afeminados, por lo tanto, su comportamiento y costumbres femeninas se toman como algo propio de los homosexuales. 

En nuestro país, éste caballero podría ser confundido con un homosexual...

Así es, en mí país si alguien es afeminado, se concluye, casi categóricamente, que es homosexual. Yo no asocio eso en mi vida personal, sinceramente me da lo mismo que mi prima quiera maquillarme, pues considero que mi sexualidad no está ligada al maquillaje que pueda llevar en la cara, o al barniz que llevo en mis uñas. 

¿Y qué me dicen de él?

Supongo que cargaré con los complejos sexuales de mis padres por un rato. Es curioso porque cuando mi prima me maquilla mi padre salta con la furia del mismo infierno a preguntarme "¡¿Por qué te dejaste maquillar?!", a lo que yo simplemente sonrío y me encojo de hombros. Los dejo con una canción ¡Hasta otra grumetes!

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domingo, 18 de enero de 2015

(Creepypasta) Need For Speed: Death-Canyon


Muchos recordamos Need For Speed: Carbon, un juego muy influenciado por Fast and Furius: Tokio Drift, los allegados a tal juego y a tal película lo sabemos. Carbon fué uno de los títulos que de niño más recuerdo con resentimiento, logré pasar casi todo el juego con facilidad, excepto los últimos niveles; la última parte fué en verdad un dolor de cabeza para mí. Crecí y decidí ponerme frente a frente con mi peor enemigo, Darius. Para esta empresa conseguí lo que en verdad fué mi mejor arma: me compré un control de Xbox 360 para mi PC, mi única consola. Soy una especie de deísta-agnóstico, pero les juro que agradecí a Dios todopoderoso darme licencia de estar aquí contando esta historia.

Estaba ya en mis últimas carreras. Era de noche, no tenía a nadie cerca,  mis padres se hallaban dormidos, mi madre, como de costumbre me dijo "No te desveles". Cómo lamento no haber hecho caso de sus palabras, una especie de mensaje divino al que hice caso omiso.  Inicié mi último reto, elegí mi confiable Mitsubishi Lancer Evolution X, pues decían que los tuners eran los mejores para derrotar a Darius. Pasé todas las carreras preliminares con facilidad, entre mis básicas nociones de manejo en carreras (como abrirse a la derecha para dar vuelta a la izquierda) y mi control de 360, las carreras fueron juego de niños. Llegué al reto del cañón con Darius fácilmente, cuando le gané en la ciudad, él soltó un alarido tenebroso que confundí con algún bug, nada grave.

Comencé la carrera en el cañón, lo perseguía como estaba estipulado, lleno de adrenalina hacía mi mejor trabajo, hasta que por algún golpe de buena o mala suerte tiré a Darius de la barra de contención, había visto un par de videos de los jefes caer del barranco, pero esta vez no pasó como en el video. Si jugaste el juego, sabes que en las carreras de jefes aparecía un pequeño recuadro en la esquina que mostraba las reacciones del oponente, ví su reacción al caer del cañón, su boca hizo una mueca que deformaba su cara y sus ojos se tornaron negros mientras gritaba con una voz gutural y fantasmagórica "¡Nooooooooooo!", me asusté al ver y oír aquello, aún así estaba conciente de mi triunfo, celebré haberle ganado la carrera a Darius de la forma más épica.

Sin embargo mi sonrisa se borró de la boca, el juego comenzó a distorsionarse, primero me sentí extrañado con aquello, después fué un sentimiento de total terror, Darius ahora me persguía en el mismo coche, pero se encontraba accidentado, no como se accidentan los coches en éste juego (Un par de rayas y ya), el coche estaba totalmente lleno de abolladuras y parte del techo practicamente ya no existía; su cara estaba hecha girones, sus ojos eran ahora negros con puntos rojos en el centro, una de sus mejillas se había hecho puré y se asomaba su dentadura, de su cabeza se asomaba su cráneo, sus manos tenían pedazos de carne colgando. Al verlo, me asusté bastante  ahogué un grito cuando ya no podía mover mis manos del control.

Poco a poco mis manos dejaban de sostener un control, y sostenían un volante, no sabía si era un sueño o simplemente una alucinación, pero estaba claro que ya no estaba en mi cuarto, me encontraba sentado dentro de mi Lancer. Voltee hacia el retrovisor y lo ví, ese maldito bastardo "¡Te voy a hacer mierda cuantas veces deba hacerlo!" Grité, sin embargo, por dentro estaba muriendo de miedo, y al ver su retorcida sonrisa, me di cuenta que él lo sabía.

Mis manos temblaban sudorosas en el volante, no tenía mucha experiencia manejando coches, y mucho menos a más de 100 kilómetros por hora. Curiosamente los gráficos y la física del juego seguían ahí, veía mis manos en textura de videojuego, pero las sentía muy reales, no sé, simplemente era extraño. 

Darius estaba demasiado pegado a mí, no podía hacer nada para quitármelo de encima, a veces me golpeaba y me sacaba un poco de control, pero me las apañaba para controlar el coche. Pasaba cerca de las barras amarillas, daba giros muy cerrados. Darius seguía detrás de mí, mis brazos comenzaban a doler de nervios, mi corazón a punto de explotar, seguía preguntándome en el fondo qué estaba pasando. 

Asumí que la única manera de ganar era haciendo trampa, pues si se me terminaban los puntos moriría, me quedaba una única curva que haría caer a Darius. Frené en seco y permití que Darius pasara. En un arranque de euforia dijo "¡Tu alma es mía!", con furia y temor pisé el acelerador a fondo, tenía 10 segundos para alcanzarle y sacarle de la pista. Lo alcanzé en 3 segundos, era todo o nada, fuí con todo hacia Darius, su coche se ladeó y no pudo controlarlo. Sumí mi pie en el acelerador y lo llevé fuera del barranco, inmediatamente frené. 

Quedé con las ruedas frontales volando fuera del barranco, todo había terminado. Desperté de mi sueño con el control en las manos y borré el juego de mi PC. Nunca sabré si esto fué un sueño o si fué verdad...

Los Buenos Modales

Puchas gracias... de nalgas... cabalgas...

Este pequeño artículo no debe confundirse con mis anteriores disertaciones acerca de mi manera de expresarme oralmente, esto es, de mi lenguaje prosaico y lleno de improperios -Osea de mis pinches leperadas-. Esta pequeña reflexión va dirigida a los buenos modales en general.

Si esto a mí me parece una cosa fea y a tí bonita ¿Cómo solucionar ésta discrepancia?
Un camino fué la teoría del gusto.

Los buenos modales tuvieron su moda, creo, cerca del siglo XVII o XVIII (No voy a invesigarlo porque ese no es el punto) con la teoría del gusto. La llamada teoría del gusto buscaba resolver los problemas del arte (Que por ejemplo, a mí me parezca una mierda un cuadro de Van Gogh y a tí te parezca una obra bellísima) al decir que el gusto debía ser entrenado para que distinguiese de lo que es bello y de lo que no es bello. Esto, aunque fue un acercamiento a develar el misterio que oculta la belleza, que, opino lo mismo que mi padre, es algo subjetivo y realmente no existe algo realmente bello sino que todo esta en tu cabecita. 

Para mí esto es belleza...

Como sea, junto al gusto llegó un mame de la alta sociedad conocida como modales. Los modales son modos sofisticados de hacer las cosas: como tomar la cuchara al comer de una manera, caminar con un Pequeño Larousse en la cabeza (No me quiero imaginar cómo es el Gran Larousse), e infinidad de trikismiquis innecesarias para el ser humano.

No sé que poner para esta foto... COÑO.

En mi casa sucede algo bien curioso. Mi padre nunca da las gracias para nada, no es que sea una persona altanera, ni que sea un maleducado, simplemente no lo hace y está bien; yo en cambio doy las gracias como mil veces para todo, que supongo que tampoco está mal. Mi familia entera se queja de que eructo demasiado, pero no es algo que yo pueda controlar, sale en automático. Sin embargo, en mi casa nadie toca las puertas, simplemente ya estamos adaptados a eso, nadie se queja de esa enorme falta de modales. Esto me da para pensar muchas cosas.

Yo, después de comer.

Los modales se pierden poco a poco con la modernidad, o por lo menos eso veo yo; todo se traduce en un simple "Así es como soy" y nadie tiene problemas; pero aún no dejamos de pensar que una persona come como bestia o es un altanero cuando no dice "por favor" y "gracias", y nunca lo decimos a nadie por eso mismo, por modales. Este artículo ahora que lo pienso no tiene objetivo, sólo quería decirlo... ¡Hasta otra grumetes!

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jueves, 15 de enero de 2015

Crónicas: La Empresa Fantasma

Bueh, al menos no me estafaron...


Recientemente mis padres supieron la buena nueva: ¡Me quedaré otro semestre en la escuela! Bueno, a ellos no les dió tanto gusto, pero ¿Qué se le puede hacer? No todos comparten mi alegría por la vida. Ustedes dirán "Pero JP el Pirata ¿Qué tiene de bueno que termines la carrera un año después de lo que deberías?" A lo que yo respondo: "Al menos la terminaré antes que todos mis primos, a los 22."

Una lección que aún debo de aprender.

Con esto, llegó la mala noticia: debo trabajar para pagar las cuatro materias que recursé, esto es, un chingo de dinero. Como sea, debía buscar un trabajo. Ayer, la flaca y yo vimos un anuncio donde, según esto, había un trabajo donde pagaban cerca de dos mil pesos semanales. La flaca me dijo que debería empezar a trabajar y a pasarle gasto, por lo que presto acudí al lugar aquel, pues esa paga se veía muy chingona.

La verdad es que no se me ocurre que más imágenes o videos poner...

Concerté una cita y tal. Acudí con la flaca y me encontré con un lugar bastante bizarro (en el sentido anglosajón de la palabra), era un edificio maltrecho, lo que no me pareció en absoluto extraño, pues en el centro de la Ciudad de México muchos edificios están de la burguer.

Una ley universal dicta "La vida es como las matemáticas, si todo es muy fácil, hay algo que está mal". Había algo bizarro en todo esto, contesté pura pendejada en el "examen" que me dieron, tenía preguntas tan raras como "¿Te gusta levantarte a las 3 de la mañana y honrar a Satanás?"; vale, no me preguntaron eso, pero eran preguntas tontas. Cuando me llamaron a ver el resultado, me dijeron que estaban deseosos de que trabajara con ellos (La extraña mujer se frotó los pezones cuando dijo eso y los lleno de saliva, creo que sí estaban deseosos). Me citaron al otro día para no sé que weas.

Mi intuición femenina (así es, tengo una intuición femenina) me decía que había algo raro. El MetroBus me ayuda a pensar, no les miento si les digo que es ahí donde concebí todas las ideas de mis trabajos en la escuela, y que básicamente concebí mi tesis en esos viajes; llegué a la conclusión de que las cosas no cuadraban y que debía hacer una investigación antes de perder más tiempo. 

Entré a google y tecleé el nombre de la empresa: "Unión de Asesores en Negocios", me encontré con un sin fin de relatos de fraude, me había topado con una "empresa fantasma". Estas empresas te prometen un sueldo más que excelente, y con ello te enganchan; después de una capacitación te ponen a vender lociones y a pagar por tontería y media; por supuesto, nunca te pagaban nada. 

Gracias a la tecnología esta empresa no me hizo ningún fraude... que bueno, de todos modos no tengo dinero... como sea. Tenemos una herramienta ahora que deberíamos aprovechar más a menudo: la tecnología. Recomiendo que investiguen siempre donde diablos van a trabajar, y en general que investiguen sobre aquello que les parezca extraño, pues os podeís llevar una sorpresita nada grata.

Supongo que tendré que buscar un trabajo que no sea un fraude, o tal vez incluso conseguir un Mac-trabajo para saldar mi deuda con mis padres; fué como hacer un trato con el diablo, porque no tengo la menor idea de como voy a pagar esas cuatro materias... sólo me queda desearle la muerte a todas esas empresas, y que las personas se molesten en investigar para evitar caer presas de estos fraudes. Los dejo con una cancioncilla, neta prometo vengarme por intentar engañarme ¡Hasta otra grumetes!

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lunes, 12 de enero de 2015

Godinez por un rato

Una vez me pasó lo mismo con el puto café...

Mis padres aún insisten en que estudie la profesión de contaduría como ellos lo hicieron, sin embargo, entre más conozco lo que hacen, menos me gusta. Mi padre un día me dijo "Es un trabajo importantísimo, manejas el dinero de los clientes"; ok, pero yo lo veo como una vespa, con todos los peligros de una motocicleta e incluso mismos motores y potencia, pero simplemente uno no se ve cool en esas motocicletas pedorras. 

¡¿Me imaginan en esto?! ¡Un capitan! ¡Bucanero que ha viajado
por los 7 mares y los 7 coños! ¡INACEPTABLE!

Lo chistoso, en el caso de la contaduría, es que nada de lo que se hace parece tener un verdadero sentido lógico, pero es de una importancia impresionante. En el corto tiempo que estuve en un despacho hice cantidad de cosas extrañas: collages de ticketcitos, agregar hojas a carpetas que estaban a punto de estallar, organizar papeles como jugando al solitario... bueh, tedioso, pero pude con él.

Terror de todo Godinez...

Ser Godinez tiene su maña, hace falta una cantidad enorme de paciencia y orden, si no hay orden es muy dificil ser eficiente. Por otra parte, tengo entendido de que ya casi no quedan trabajadores fieles, muchos huyen al poco tiempo de entrar a la oficina, tengo la teoría que es porque lo suyo no es eso...

El extraño ritual de la tanda se practica en muchas tribus Godinez.

Para mí no fué una experiencia del todo grata, no es lo mio estar encerrado en una oficina acomodando papeles, me divertí mucho más cuando trabajé para una fábrica; pero claro, lo mío tampoco es eso... 

Esto haría más divertidas las oficinas, pero nadie quiere jugar conmigo... :(

Supongo que lo mío de verdad es dar clases y escribir como un gilipollas, así es, como lo hago ahora. Mis padres se quedarán con las ganas de que estudie contaduría, aunque bueno, nunca digas nunca; igual y si estoy seguro de que no me amargará la vida, lo haré. Hay quienes se adaptan mejor a la vida Godinez que otros, y después de todo, ser Godinez no es malo. Los dejaré con alguna cancioncilla... ¡Hasta otra grumetes!

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                             No sé, se me ocurre...

miércoles, 7 de enero de 2015

Hombres y Mujeres

Si alguno de ustedes, grumetes, sigue mi blog con regularidad, sabrá de los problemas que tengo con mis padres respecto a mi vocabulario; puesto que soy un puto grosero cabrón culero. También sabrán que respecto a eso, tengo una postura demasiado agresiva, me da lo mismo.

Es como ser una riata...

Sin embargo, la discusión se extiende a mi trato con las mujeres. Una de esas discusiones mis padres hicieron hincapié en la forma en la que trato a las mujeres. Se concluyo que soy un guarro asqueroso y que debería ser un caballero. Esa discusión me caló hondo.


A veces me paso de caballero...

Un buen día salí con la flaca y se me ocurrió, como un primer paso a ser el caballero que todos esperaban, abrirle una puerta, craso error. La flaca me empujó y me dijo "¡A ver pendejo! ¡Me ves cara de pinche invalida o qué pedo!". Me dejó de hablar el resto del día. Parece que no todo lo que me dicen mis padres es oro.


Lo mejor de todo es que ahora entre los dos pagamos la cuenta... :D

Cada vez el trato entre hombres y mujeres es más sincero y eso me agrada demasiado. Del mismo modo el trato es más equitativo y divertido, ya no debo ser el caballero recatado con las damas, puedo ser como soy y ellas pueden ser como realmente son. Me pregunto de qué sirve guardar las apariencias ante las personas si al final tendremos que sincerarnos. 


Algo que debeís entender de las chicas,
cuando tu vas con la leche, ellas ya vienen con el queso.

Estoy de acuerdo, hay cosas que no podeís ni debeís hacer, no todo puede justificarse con un "así soy yo". Sin embargo hay muchas cosas que puedes decirle a una mujer cuando ya se ha desarrollado confianza. Aún con todo, el primer acercamiento debe ser gentil, no puedes llegar con una chica hablándole de guarradas; coño, hay que ser más abiertos, no unas putas bestias.


Que las chicas también son guarras, pero hay cosas 
que no debes hacer en el primer acercamiento...

Mis padres insisten en que no debería hablarle a mis novias con groserías, claro, vienen de un mundo distinto al mío. Mis padres no se llevan entre ellos como me llevo yo con la Flaca, a veces ella me baja por los chescos o me alburea, y del mismo modo yo la albureo y nos divertimos juntos. Esto me ha llevado a tener una relación muy interesante con la Flaca, aunque ella rompa mis controles de XBOX.


A veces ser muy caballero te hace ver simplemente ridículo.

No sé, habrá quienes prefieran guardarse las apariencias entre hombres y mujeres, así como habrá quienes prefieran alburearse y divertirse; yo soy de los segundos. La decisión está en vosotros, supongo que ambas están bien... ¡Hasta otra grumetes!

A veces nos llevamos así la flaca y yo...

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viernes, 2 de enero de 2015

El futuro de los videojuegos.

Pa' que entren en materia. Y como una muestra de cómo los videojuegos
han influído a la cultura más de lo que puedas pensar.

Los videojuegos son aún una creación joven, no tienen más de 60 años. Comienzan como una investigación seria acerca de la inteligencia artificial, posteriormente una porción desvió su atención a hacer una máquina capaz de vencer a los campeones en el Ajedrez, sin embargo todo con intereses científicos. Todas estas investigaciones sobre la inteligencia artificial y la programación derivaron en la simple curiosidad de algunos cientificos que en sus momentos libres creaban juegos breves por diversión. 

Los científicos, sin saber jugar ajedrez como los campeones,
lograron ganarles con un par de algoritmos matemáticos.

Es hasta que algunos hombres como Baer y Bushnell toman todo esto que era, repito, un producto de la curiosidad, como un posible negocio. Tuvieron que ingeniárselas para crear un videojuego con el que todos pudiesen divertirse, pues los primeros videojuegos tuvieron controles que los más viejos no comprendían. 

Pong marca el inicio de la industria de los videojuegos,
con un control que todos podían dominar y un
juego entretenido.

Los videojuegos llegaron en un momento donde la tecnología avanza a pasos agigantados, lo que le permitió en tan poco tiempo gozar de una enorme popularidad y de una evolución cada vez más acelerada. 

Y todo se logró en relativamente poco tiempo...

Recientemente dí con un canal en Youtube que analiza juegos de una manera muy interesante. No solamente toma en cuenta si el juego en general es bueno y si es divertido; sino que se toma la libertad de analizar a fonde la historia, la posible disonancia ludonarrativa* que el juego pueda tener, y muchos otros detalles que otros no ven. El canal se llama Dayoscript. (No dudo que hayan existido otros que lo hicieran antes, pero conocí éste tipo de críticas con él)

Hay algo más allá de un juego simplemente divertido...

Puede parecer que este tipo de analisis sea muy mamador, y bueno, en cierto sentido lo es. Sin embargo, es algo que me da gusto. Me da gusto porque significa que la industria está evolucionando completamente. Ahora no sólo jugamos videojuegos como un entretenimiento vago, sino que es una experiencia cada vez más compleja. Cada vez se aventuran a hacer productos que no sólo son divertidos, sino que se encuentran llenos de contenido. 

Nos cuenta una historia interesante, a la vez que nos entretiene
con unas mecánicas espectaculares...

Es verdad, aún tomará tiempo que esta industria evolucione a la par del cine, y mucho más que la literatura; sin embargo, vamos para allá, y es nuestro trabajo como consumidores comenzar apoyar a esta evolución. Debemos animar a las casas creadoras a que se atrevan a mejorar cada vez más sus fórmulas. 

Los videojuegos tienen un estilo propio, y es por eso que no se ha hecho
una buena peli de videojuegos...

Los videojuegos ya están dominando el terror, pues logran una inmersión mucho mayor que un libro o una película. Hoy por hoy asusta más jugar Outlast a media noche que ver El Exorcista

Y cada vez son más inmersivos y terroríficos que una buena película o un buen libro.

Por otro lado los videojuegos ponen al jugador en los pies del protagonista, y poco a poco le da mayor libertad para hacer las cosas a su manera. Las casas desarrolladoras ahora dan la libertad a los jugadores de actuar como el bueno o como el malo; o de decidir si hacemos las cosas sigilosamente o si llegamos como Rambo a tirarle a todo lo que se mueva. 

Los videojuegos han abierto un campo nuevo, los gameplays.
Aún hay opiniones opuestas respecto al mérito de estas personas.

Si la industria de los videojuegos toman el camino correcto, será una industria que será tomada en serio, no sólo en el sentido económico, pues todos hemos visto que ya puedes vivir de esto y ganar una buena pasta; sino que será tomada enserio cada vez más como un entretenimiento artístico, que nos deja algo, y que puede enseñarnos cosas. 

Nos cuenta una historia interesante y cargada de emociones,
a la vez de que se juega exactamente como te lo pintan. Las muertes pesan,
no es tan fácil apuntar con tu arma, y evoca los sentimientos que debe evocar.

Los videojuegos avanzan a pasos agigantados y cubren cada vez terrenos más extensos. El futuro próximo nos pinta algo brillante para los videojuegos, y es un buen momento para entrar de lleno a estas nuevas experiencias. Yo me regreso a jugar, pero los dejo con una cancioncilla como siempre ¡Hasta otra grumetes!


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*Disonancia ludonarrativa: La defino como una desconexión entre el gameplay y la historia. Por ejemplo... les pondré un video de Dayo (Sí, otra vez y te chingas) para que lo comprendan.