La Biografía (No Autorizada) de San Agustín

Imagen de Agustín donde claramente está ebrio,

se puede intuir por la coloración de sus cachetitos.

San Agustín, Agustín de Hipona o simplemente Agus, fue un santo, padre y doctor de la iglesia. Llamado el "Doctor de la Gracia" por que era muy gracioso, fue uno de los pensadores más chingones que ha tenido la iglesia católica, y una de las pruebas fehacientes de que hasta yo, JP el Pirata puedo llegar a ser santo. (San JP el Pirata, patrono de todos los coitos)

Uno de los primeros datos que debemos saber de San Agustín es que es africano. No, no era negro, sólo africano. Originario de Tecagaste, en Numidia. Su madre fue una católica devota que siempre rezó por el alma de su hijito desmadroso; así como vuestras abuelas rezan por sus almas en la iglesia, bola de herejes cabrones.

Agustín y su mamá presenciando fenómenos OVNI.

En su juventud, Agustín tenía la costumbre de subir a los árboles en trolazas y quedarse echado. Cuando las mujeres pasaban y miraban a los árboles una solía exclamar "mira, son peras", y otra exclamaba "no son peras, son perones", a lo que Agustín respondía "No son peras ni son perones, nos mis huevos que están pelones". 

Agustín se destacaba por sus estudios en letras y por su enorme elocuencia. Su elocuencia era tal que en diez minutos era capaz de hacer que cualquier chica se quitara los calzones; Agustín tiene el record Guiness de haberse ligado a una mujer recién casada en cinco munutos y tres segundos por medio de su sola elocuencia. A los diecinueve lee el Ortensius de Chicharrón, y en él descubre su vocación: la filosofía.

San Agustín con su look de protagonista de telenovela.

Agustín pasó varios años como salero entre una y otra escuela de filosofía, ninguna lograba saciar su hambre de conocimiento. Todo hasta que pasó por una estética, en ese momento se convirtió en manicureo. Por muchos años vivió atado a esa doctrina, hasta que se hartó de arreglar unas enterradas de señoras gordas, así que dejó el Manicureismo.

Es por estos tiempos que tiene una relación semi-estable con una hembra, y tiene un hijo llamado Adeodato (No es mame, así de culero estaba el nombre del pobre chamaco). Agustín al final decide viajar a Roma, su madre quiso acompañarle, pero él la engaño con que iba sólo por unos cigarros y su madre se la peló, en sentido figurado.



En Roma enferma gravemente de sigocha por irse de loquillo a un antro, al otro día se inyecta la pija con penicilina. Una vez que se curó de la sigocha, gracias a su amigo obtiene el título de Magister Rhetoricae. En el 385 Agustín se convirtió al catolicismo, noticia que a su madre le hace mojar las bragas. 

Agustín es testigo de otro fenómeno OVNI. La sorpresa es tal que no se

percató de que su vela en forma de corazón le estaba quemando el coco.

Al año siguiente, Agustín decide vivir en meditación. Renuncia a su cátedra y se retira con unos amigos y su madre cerca de Milán para echar la mota. A los treinta y tres años es bautizado por el obispo carabina de Ambrosio. Poco después de su bautizo regresa a África; sin embargo, antes de zarpar su madre cuelga los tenis en el puerto de Ostia.



Una vez en Tecagaste, Agustín vende todos sus bienes y reparte las ganancias entre los pobres. Se retira a una pequeña propiedad para practicar la vida monacal. Aunque buscaba soledad y aislamiento, se volvió un rockstar y la gente no paraba de ir a chingarlo a su casa.

Esta ocasión Agustín venía crudo.

En el 391 Agustín viaja a Hipona para pasar a la venta nocturna del Liverpool, ya que su túnica se había roto. Sin embargo, no había entrado al Liverpool cuando todo el pueblo lo había elegido sacerdote. Agustín aceptó el puesto, aunque por dentro estaba de "No mames que hueva". Agustín se mantuvo bastante activo en esos años, hacía de todo, escribía libros a raudales y pateaba herejes. 

San Agustín leyendo el TvNotas en el baño.

Cuenta una vieja leyenda que un día Agustín se encontraba paseando por la orilla del mar, preguntándose acerca de la santísima trinidad y otras chunches teológicas. De pronto Agustín ve a un morrito con su cubetita, iba al mar, sacaba agua y la vertía en un agujero en la tierra. La curiosidad despertó en Agustín cuando el niño había hecho el mismo proceso pinchemil veces. Agustín le preguntó entonces al niño "¿Qué estás haciendo morro?", a lo que el niño le responde "Voy a sacar toda el agua del mar y la depositaré en este hoyo ¿Cómo la ves cabrón?"; "No mames morro, eso no se puede" respondió Agustín rascándose la cabeza, "¿Que te valga verga no pendejo? Tú crees que puedes develar el misterio de la trinidad y no te ando chingando" respondió el niño, le dió un zape a Agustín y levitó hacia el infinito.

El niño casi se echa a correr porque pensó que 

Agustín era un padre pederasta.

Uno de los hechos que más angustió a Angustín fué el de las peras. Cierto día Agustín iba con sus amigos y vieron un árbol de peras, entonces todos decidieron robar las peras just for the lulz. Sin embargo las peras estaban inmaduras y se las tuvieron que dar a los cerdos. Se desconoce si Agustín era un obsersionado del desperdicio de comida, pero este hecho le atormentó más que cualquier otra cosa. Todo el puto libro de las Confesiones se la pasóa mencionando a las pinches peras (Aparte de que parece que está oficiando misa, sin tanta chupadera de bolas a Dios el texto hubiese quedado de diez cuartillas). O sea, engaño a su madre y la abandonó, luego le puso a su hijo un nombre re-culero, aparte de las mil y una pendejadas que no dicen los biógrafos porque Agustín es santo y el Vaticano los puede desaparecer ¡Y se preocupa por una putas peras de mierda!

En un violento robo a casa-habitación,

Agustín y sus compinches robaron peras inmaduras.

Como sea, Agustín se petatea durante un ataque a la ciudad de Hipona por parte de unos anarquistas feminanzis que protestaban contra el heteropatriarcado. No muere de manera violenta, sino que simplemente se desplomó en ese momento. Su cuerpo ahora reposa en la basílica de San Pietro. 

Las obras principales de San Agustín son: Las Confesiones; Las Retractaciones (o Confesiones 2); La Ciudad de Dios, novela basada en la vida del Señor de los Cielos; De Maistro; De Trikitrake, entre otras. Y esa fue, muchachos, la historia del San Agustín ¡Hasta otra grumetes!

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