jueves, 2 de marzo de 2017

Videojuegos y Censura

Mi padre nació en los 70's, década en el que los videojuegos comenzaban a verse como un juguete con el que potencialmente se podía hacer un negocio; las máquinas de arcade apenas comenzaban a instalarse en bares y lugares de recreación en los Estados Unidos. Mi padre nunca jugó a videojuegos ni le interesó; actualmente sólo juega al billar en su celular, nada más.


El padre de los videojuegos, Ralph Baer.

Yo nací en los 90's, una década controversial para los videojuegos. En aquellos días, tuvimos el boom de los juegos violentos: Mortal Kombat (1992) -y una lista interminable de sus infames clones-Wolfenstein 3D (1992)Doom (1993)Blood (1997)Duke Nukem (1991)Quake (1996)Carmageddon (1997)Twisted Metal (1995)... muchos desarrolladores quisieron crear videojuegos que pivotaran en torno a la violencia y se enfocaran a un público adulto; sin embargo, el mundo entero seguía viendo a los videojuegos como un "juguete", y la sociedad no estaba lista para este bombardeo de obras violentas.



El 20 de Abril de 1999, dos jóvenes estudiantes de la Columbine High School protagonizaron uno de los capítulos más sombríos de la historia reciente de los Estados Unidos (bueno, no es que Estados Unidos tenga una historia muy basta si tomamos en cuenta que existe desde hace apenas trescientos años). Eric Harris y Dylan Klebold -con armas de fuego y explosivos caseros- asesinaron a trece personas, hirieron a veinticuatro más y se suicidaron.

La Masacre de Columbine trajo consigo numerosas controversias; entre ellas, una en torno a los videojuegos. Se sabía que los asesinos jugaban al Doom y a otros FPS (First Person Shooter). La sociedad encontró en los videojuegos al culpable perfecto, y se inició una controversia de proporciones bíblicas en torno a la violencia en los videojuegos. 


El diablo está jugando contigo, nunca lo olvides.

¿Por qué surgió controversia? El videojuego destaca de entre las otras artes porque el jugador es partícipe en la obra (Sí, los videojuegos son arte). El jugador se mete en la piel del protagonista y ejecuta las acciones (o por lo menos así debería ser). En Die Hard, Bruce Willis es quien dispara y mata a sus enemigos, y el espectador no hace más que ver; en Doom sin embargo, es el jugador quien toma el arma y dispara a los enemigos. Además, la media de una película es de una hora y media o dos, el videojuego dura mucho más tiempo.

La ESRB existe desde 1994 y se encarga de clasificar a los videojuegos según su contenido; que los padres no miren lo que le dan a sus hijos no es problema de los desarrolladores. Además, una persona no se vuelve violenta jugando a videojuegos. Yo crecí jugando al Grand Theft Auto III y no soy un asesino; miles de niños han jugado a Grand Theft Auto V y no son violentos. No quiero decir que no importa que los niños jueguen a videojuegos de adultos, no deberían hacerlo, pero tampoco debemos culpar a los videojuegos por cualquier tontería.


¿Khá? ni siquiera el puto Maincra se salva de la controversia.

Estamos lejos de aquellos días en los que la gente creía que Pokémon era satánico y que los videojuegos iban a crear una generación de asesinos y psicópatas. Sin embargo no han terminado las controversias, hace poco una televisora dijo que el Minecraft era un simulador de asesinatos y otras chorradas. Cuando salió Resident Evil 5, hubo gente que lo tachó de racista porque -según ellos- mostraba a un protagonista blanco matando negros; el puto juego era en África, ni modo que mataran nórdicos o asiáticos. Hay quienes afirman que Grand Theft Auto es peligroso para los niños -por más que se haya dicho que es una saga para adultos-.

La última y más grande controversia vino con les feministas. Activistas se fueron contra los videojuegos porque -argumentaban- cosificaban y sexualizaban a la mujer. Es cierto, hay un problema con los videojuegos y las mujeres, pero el medio es joven y arrastra vicios de hace años; no es una conspiración del patriarcado para mantener su posición de poder (para más ver el vídeo de abajo).


Mi sensei, ídolo y husbando puede explicar el problema
con las feminazis.

Estas controversias evitan que los videojuegos se desarrollen adecuadamente. Si la sociedad sigue escandalizándose por cualquier estupidez, las casas desarrolladoras tendrán miedo de atreverse a explorar nuevos temas y de innovar. Por Grand Theft Auto: San Andreas, Rockstar recibió demandas legales de padres enfurecidos porque en el juego podías tener relaciones sexuales y sus niños jugaron a eso; lo peor es que Rockstar perdió el juicio.

Hay avances, actualmente la mayoría de los padres toman conciencia de lo que juegan sus hijos y los medios han dejado de asediar a los videojuegos con estupideces. La lucha por la libertad de expresión en los videojuegos no ha terminado del todo, si Serbian Film fuera un videojuego... saben qué pasaría. Sin embargo, no todo es culpa de las controversias, el hecho de que los videojuegos sean tomados como simple entretenimiento también frena el desarrollo del juego; aunque... eso será tema para otro día. ¡Hasta otra grumetes!





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