lunes, 18 de julio de 2016

[Videojuegos] Fable Anniversary.


Fable fue uno de esos juegos por los que el mundo entero perdió la cabeza. Fue una curiosa mezcla de elementos muy bien recibida: fantasía medieval, acción, RPG y sandbox. Además de tener mecánicas que casi ningún otro juego tenía en su momento: comprar propiedades y trastear con el look de tu personaje -además de casarte y coshar*-.

Fable es la historia de un personaje sin nombre al cual encarnamos desde la infancia. Después de una introducción, en la que hacemos tareas simples para nuestro padre y de paso aprendemos lo básico, la aldea de nuestro protagonista es atacada por bandidos; y en todo el despelote, matan a casi todo el pueblo, incluyendo a la familia de nuestro protagonista. De último momento, aparece un ñor llamado Blaze que nos salva y nos lleva al llamado Gremio de Héroes; allí conocemos a Charles Xavier -En realidad se llama Weaver, pero se parece mucho al otrora líder de los X-men-, el que se convertirá en nuestro mentor.


Lo peor es que el hombre puede mandarte mensajes telepáticos,
imagina estar coshando y que el wey te diga "You need to fuck her harder." o algo así.
Es igual de jodón que el hada de Zelda.

Nuestro mentor es alguien muy especial, pues -a diferencia de los antiguos jefes del gremio- él incluye misiones buenas y malas, para que los héroes decidan su camino. Por ejemplo, una misión involucra ayudar a un grupo de bandidos a liberar a su líder y en otra debes de evitarlo. Además, en varias ocasiones nos veremos obligados a tomar decisiones disyuntivas: matar o dejar vivir a alguien, denunciar o callar un delito, decir una mentira o la verdad, entre otras situaciones. Incluso, en contadísimas ocaciones podemos decidir cómo hacer las misiones, por ejemplo: puedes comprar un objeto para una misión o simplemente robarlo.

Las mecánicas del combate tienen un lugar importante dentro del juego, pues las peleas son recurrentes. El combate en Fable más que complejo, es variado; tenemos tres principales modos de combate: cuerpo a cuerpo, a distancia y magias. Además, podemos subir de nivel a nuestro personaje por medio de puntos de experiencia; obtenidos siempre por medio del combate. Hay puntos de experiencia generales y especializados, los generales nos permitirán desarrollar cualquier rama de habilidades y los especializados sólo nos permitirán desarrollar cierta rama de habilidades. 


Sí, mi personaje es una palomita.

Pero... basta de descripciones y pasemos a la crítica. Primeramente, el ambiente me encantó, es acogedor y tiene una paleta de colores muy agradable; es uno de los pocos juegos que puede contar una historia madura sin tener que recurrir a una violencia exacerbada ni a colores darks. Fable posee una estética caricaturesca, revive nuestras aventuras de antaño, pero le da un nuevo enfoque; ahora podemos decidir sobre las acciones de nuestro protagonista. 

El nivel de personalización era genial para su tiempo. Tus acciones y apariencia modificaban el modo en que los demás te veían. Hay maneras de conseguir dinero alternativamente sin tener que depender exclusivamente de las misiones, puedes rentar casas o comerciar mercancía de un pueblo a otro -aunque a este último no le entendí nadita-. Puedes casarte varias veces y tener una morra en cada pueblo... había muchas posibilidades.


¡Cómo chingas morro!

Fable no te llevaba de la manita, en ocasiones tenías que escuchar lo que la gente te decía para saber lo que tenías que hacer y hacia donde ir, en ocasiones debías utilizar tu intuición para proceder, y eso es un puntazo. Pero basta de elogios, es el momento de criticar, -MWAJAJJAJAJAJAJAJAJA- y comenzaré por la misma historia. Fable no se libra de esos momentos absurdos donde el protagonista es apresado por monigotes que fácilmente podría vencer. Por otra parte, lo primero que te venden del juego, que tus acciones tengan consecuencias, no se refleja bien. En una partida, después de hacer todo por el lado correcto, elegí el final malo y automáticamente me volví totalmente malo; luego, para acabarla de chingar, me volví bueno tragando tofu. Además, casi siempre la opción buena o mala resalta; en ningún momento tienes que quebrarte la cabeza para saber si estás haciendo algo bueno o malo.


Sí... cuántas consecuencias...

Otro punto flojo es el combate, que al final se vuelve repetitivo. Del combate a distancia mejor ni hablo porque casi ni lo usé, esperar a cargar las flechas fue una hueva total y casi siempre me golpeaban antes de soltar el flechazo; en el combate cuerpo a cuerpo uno termina soltando hostias hasta que el enemigo se muere -es una monotonía total-, y como todos se protegen mejor utilizamos la magia -porque de la magia no se pueden cubrir-; y con la magia atacamos indefinidamente hasta que se nos termina el mana o el enemigo muere. Tal vez después de Dark Souls mi percepción de las mecánicas de combate cambió bastante y ahora quiero que todo sea así de currado; pero en Fable el combate está tan roto que los "jefes" son una hueva, no había un verdadero reto y sólo se distinguían por una barra de energía que bajaba lentamente.


Ah, y tu careto se adecua a tu bondad o maldad,
cara de panoli o de joputa.

Después de todo el despotricadero ¿Es Fable un buen juego? Para su momento y ahora... pues sí. Fue un juego innovador, destacó especialmente por una combinación de elementos que resultó refrescante. La historia no es la mejor, pero tiene buenos puntazos; además, se agradecen bastante las misiones donde no necesariamente tenías que darte de hostias, o en las que podías elegir cómo ejecutarlas.

Hay que recordar que el primer Fable salió para la xbox y por eso hay que tenerle un trato menos hostil, se atrevió a innovar y por ello tuvo la fama que mereció. Nunca pude jugar el Fable II ni he podido re-jugar el Fable III; sin embargo, parece que mejoraron la fórmula y Fable III mejoró en muchos aspectos. En conclusión, Fable es un juego que se atrevió a innovar, y por ello es un clásico y merece la pena, una obra simplemente refrescante ¡Hasta otra grumetes!









*Coshar: deformación del verbo original "cochar", que significa: llevar a cabo relaciones sexuales, gratinar el mollete, apuñalar al oso, matar la rata a palos, rellenar el pavo, mojar la brocha, azucarar el churro, envainar el sable, ver golear, echar pata...

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