martes, 2 de febrero de 2016

La Labor Doméstica

Dentro de mi estancia como el wey que hace servicio social -no sabía cómo llamarlo- en la biblioteca de IBBY leí una buena cantidad de libros, entre aquellos que consideré los mejores había uno bastante interesante: El Libro de los Cerdos por Anthony Browne. Es impresionante cómo muchos libros infantiles dicen mucho en pocas palabras.


El Libro de los Cerdos trata la historia de una familia en la que el señor y los hijos no se dan cuenta de todo el trabajo que hace la mamá en la casa. Están acostumbrados a tener la cena servida, la ropa limpia y la casa ordenada; todo ese trabajo cae en hombros de la madre, que además tiene un empleo. Mamá se harta de tener a una bola de baquetones en casa y decide marcharse, no sin antes dejar la nota "Son unos cerdos". Tal como en la canción Soy un Desastre (Gracias padres por meterme a Timbiriche hasta en la sopa) el padre y los dos hijos no son capaces de hacer nada y hacen de la casa un desmadre. Al final la madre vuelve, el señor y los hijos han aprendido la lección y ayudan a la madre a realizar las labores domésticas. 



Las familias a menudo no se dan cuenta de lo que hay detrás de las llamadas labores domésticas. Cosa que refleja el libro y que me parece genial es el hecho de que en muchas familias los individuos se encuentran acostumbrados a tener la casa limpia, la ropa planchada e impecable y la comida lista -entre otras trikismiquis-; y cuando algo falta sólo se limitan a decir "¡Mamá la comida!" "¡Mamá mi ropa para el colegio!". La concepción de que la mujer tiene que ser ama de casa es un paradigma que hasta hace unas décadas comenzó a derrumbarse, pero sigue, tan sólo hay que echar una mirada a los comerciales de limpieza, apenas un par introducen hombres ¿O qué me dicen de esta caja de juego de mesa de 1967? -Sin contar la cantidad de juguetes destinados para las niñas: cocinitas, bebés, y hasta máquinas de coser-.


Esquina superior derecha.

Pero dejemos de lado mi pequeña aportación feminazi y volvamos al inicio. En México actualmente es difícil mantener una familia cuando sólo trabaja el marido, poco a poco la estructura donde el hombre trabaja y la mujer es ama de casa se desmorona, ambos necesitan trabajar si quieren tener ciertos lujos, pues desgraciadamente en un país como el nuestro aunque muchas cosas las encontramos muy baratas (Sólo comparen los precios de un refresquito de máquina aquí -no más de 15 pesos- y cuanto cuesta en estados unidos -2 dólares-) los trabajos se encuentran muy mal pagados, y ni que decir del salario mínimo -En Colombia un hombre con el salario mínimo gana más que un oficinista estudiante en México-. Hace un tiempo escuché a una señora quejarse con su hija "Tu padre no nos da el suficiente dinero para vivir", "Pues consiga usted un trabajo o algo para sacar un poco más de dinero señora huevona" pensé.

Sin embargo, si el sustento económico se divide, es también justo que las labores económicas de la casa se dividan entre los miembros. Muchas familias lo hacen y me parece genial, sin embargo aún hay muchas otras que se asemejan más a la familia "De la Cerda"; claro, también hay familias que tienen a una persona a la que le pagan por el aseo, cosa que también está bien pero no está nunca de más ayudar. Es difícil a veces ayudar a lavar los trastes o trapear el suelo, no porque requiera mucha ciencia, si no porque la neta es una puta hueva; en lo personal, aún hago gestos y rechisto cada que mi madre me encarga que lave la cocina, pero recuerdo que aparte de trabajar mi madre se desvela cocinando y lo hago.


Tony Stark ayuda a las labores domésticas.

No quiero hacer de este artículo un sermón; sin embargo me parece importante que se cree una conciencia sobre el esfuerzo que hacen las madres en las labores domésticas -que muchas veces no se les da el aprecio que merecen, nunca han faltado pendejes que dicen "¡Ay, esa vieja sólo es de ama de casa, es una mantenida!"-, en especial aquellas madres que trabajan. Es una hueva, lo sé, pero es pertinente que seamos un poco "acomedidos" (como dice mi madre) y ayudemos un poco, aparte de que eso nos ayudará alcanzar la tan deseada independencia -que no sólo se alcanza económicamente- ¡Hasta otra grumetes!

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