lunes, 7 de diciembre de 2015

Se Acerca Navidad y la Casa lo Sabe

Pa' que eches el topo con espíritu navideño... sí, estoy en pijama.

Mis padres siempre han tenido una fijación con adornar la casa para navidad cada año. Siempre traen su arbolito pedero y colocan sus series de luces por toda la casa. Es un poco incongruente que se haga esto puesto que mi padre se queja de que yo dejo encendida mi PC por las noches -cuando descargo descomunales pilas de información- pero le encanta derrochar la energía eléctrica cada noche con sus lucecitas.


Si seguimos así tendremos que comprar un Pikachu.

No sé ustedes pero a mí el último tercio del año se me pasa como agua entre los dedos. En estos cuatro meses se juntan las tres festividades más importantes del año: el Grito de Independencia, el Día de Muertos -Y el Halloween, que aunque quieran mamar con las tradiciones y la vaina pues la verdad es que ya a adoptamos también como nuestra la festividad pagana- y la Navidad; además, estas fiestas se distinguen de las demás por el hecho de que muchos adornan sus casas según la festividad correspondiente. Sin embargo, regularmente donde las personas tiran la casa por la ventana es en navidad, o por lo menos así sucede en mi casa.

Cuando llega diciembre hay adornos en todos lados. Desde las cortinas navideñas hasta los adornos en los picaportes y pasando por las mentadas series de lucecitas, poco falta para que en unos años se ponga un tapiz que cubra toda la casa. Yo como soy holgazán detesto poner instalaciones que en un tiempo van a tener que retirarse y por ello no me gusta adornar, aparte que la única parte divertida es cuando me dan una cerveza.



Era más divertido cuando era niño y ponía los adornos con mi abuelita. Poner el nacimiento podía llevarnos todo el día, acomodar cada animal y persona era en extremo divertido; además, era curioso dejar el pesebre vacío y hasta el 25 depositar al nene en la cuna. Las luces y el árbol eran pocas, era una ornamentación sencilla pero divertida, al menos no debía de subir chingos de veces las escaleras y aquello.



Ahora hasta compraron un multicontacto para poder conectar más luces; sin embargo, si algo bueno debo de decir es que las series de luces se apagan a determinada hora de la noche y así se ahorra energía. Aún así adornar de una manera tan excesiva una casa me parece muy exagerado. La publicidad nos hace creer que adornar a tope nos ayuda a entrar en el mood navideño, sin embargo estoy seguro de que aquello no es en absoluto cierto.

Llamenme Grinch pero no necesito adornar toda la casa. Preferiría gastar ese dinero en otra cosa, donaría juguetes a alguna casa hogar o algo así. Eso de verdad me haría sentir el mood navideño y no una figura de Santa Claus bailando como el Dr. Simi. En fin, más que adornar la casa para la navidad -que más que su significado religioso, me parece un buen festejo para pasar un buen tiempo con la familia, comer y beber en exceso y, por supuesto, abrir los regalos- estoy seguro que resultaría mejor poner nosotros mismos el mood navideño y no ser tan consumistas (que desde luego es un tema que trataré pronto), yo digo ¡Hasta otra grumetes!


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