Voy a clases de francés. Mi profesor actual (Los cambian cada bimestre) dijo desde el primer día que daba clases también en el CUDEC. Soy una persona que hace chistes con frecuencia, hay quienes pensarán que es para llamar la atención, pero simplemente me sale, natural. Al profe no le caigo bien, no es muy adepto a mis chistes guarros, e insiste en que mis compañeritos se quejan de mí; por ello me llevó a la coordinación. Aparte el ñor cree que soy un fiasco para el idioma, nada más alejado de la realidad.
Con todo y que son medio maricas, los franceses me caen bien.
Como sea, el hecho de que mi profe de francés sea de CUDEC me recuerda a muchas cosas que viví en aquella bizarra escuela donde hice mi secundaria y mi preparatoria. Debo decir que el tiempo en que estuve ahí no fué funesto ni mucho menos, bien que mal me he podido adaptar casi a cualquier condición, aparte los profesores hacían un gran trabajo; sin embargo, había varias cosas que eran completamente ridículas.
Echarle mecos en la cara a los compañeros estaba permitido ¡hipócritas!
Cabello: Mi preparatoria tenía una obesión con la apariencia, y con las cosas propias de cada género. Primero, los hombres no podían tener el cabello más allá de los 5 centímetros de largo; por su parte las mujeres (y evidentemente los hombres por igual) se les tenía prohibido pintarse el cabello de colores extravagantes. ¿Qué es lo que querían evitar con esto? No tengo la menor puta idea, lo entendería de una militarizada... pero esto es simplemente ridículo. Si me van a salir con sus pendejadas de que corresponde el hombre el cabello corto y a las mujeres el largo, Jesucristo tenía el cabello largo ¿Están cuestionando a Dios encarnado? Síganle, pinches herejes.
A Jesús le enoja que no puedas dejarte tu cabello largo.
El CUDEC tiene legislación en las instalaciones y dos kilómetros a la redonda: Esta regla no me jodió tanto, pero en un par de ocasiones fué bastante molesta. Si eran cerca de las cuatro o cinco de la tarde, debías de retirarte o volver a entrar a la escuela, y mandaban a prefectos a revisar a varios cientos de metros para ver que de hecho ya no hubiese nadie, WHAT THE FUCK!. Aparte, si te cachaban con tu novia simplemente besándola, afuera de la escuela, a una distancia considerable, te ponían un reporte (ésta no me tocó porque novias casi no tuve, no era popular) coño déjenme vivir, la puta que los parió.
El salseo es un derecho humano.
Las cartas de Yu-Gi-Oh!: Si me preguntan por qué jugaba cartitas de Yu-Gi-Oh! en preparatoria, levanto mis hombros y digo "I didn't chose teto life, teto life chose me". Pertenecía a un grupo pequeño de personas que jugaban Yu-Gi-Oh! en los recesos y pues era divertido, aunque casi nunca ganaba, todo antes de que inventaran cosas super bizarras que volvieron de Yu-Gi-Oh! algo injugable -Cierto día fuí a la frikiplaza (Una plaza repleta de tiendas de comics y semejantes) y un wey me gano en cuatro turnos, ni supe por qué. El tipo sólo hablaba huevadas y movía las cartas como pendejo hasta que me dijo "ya te quedaste sin puntos", y yo le dije "Ah, chido"-. Como sea, uno de los tipos con los que jugábamos siempre gritaba improperios al jugar, lo peor es que cuando nos mandaron a coordinación (Como el profe marica de francés), me echaron la culpa a mí y a otro wey que ni siquiera gritábamos. Desde ese día prohibieron que jugáramos, pero igual lo hicimos en otro lado de la escuela.
Y eso fué lo que hicimos #thuglife
La firma de talones: Esta fué la que más me jodió. Mi madre no es una persona con buena memoria, es una de las cosas en la que nos parecemos bastante. A veces le daba talones para firmar y los olvidaba en la oficina. Los culeros de la escuela me ponían reportes por no llevarlos firmados ¡¿Neto?! Lo peor es que en secundaria me suspendieron por eso.
Lo que pensaban los de la escuela que pasaría si permitían vender a los alumnos.
Vender: La escuela no es tianguis, pero había quienes querían hacerse de un dinerito vendiendo cualquier cosa: desde dulces hasta pulseras y otros accesorios. Aparte de que en la cafetería la comida costaba un huevo ¿Qué hay de malo en que los alumnos vendan? Es ridículo, aparte igual la gente vendía porque no revisaban las mochilas, duh.
Dentro de todo, la regla que más me sirvió en la vida fué la de la puntualidad, aunque más que nada eso ya es una costumbre mía. Ahora muchos de mis ex-compañeros tienen el cabello largo, se lo pintan como se les da la gana, se besuquean con sus novias en la calle. Estas reglas no fomentan valor alguno y simplemente están ahí por puro capricho, es tonto. Tan tonto como la vez que tuve que repetir mi foto para el certificado de prepa porque en la imagen no llevaba un saco -Que al pendejo de la SEP que se le ocurrió esta chingadera se lo coja un burro por el recto-. Mucha gente sufrió estos caprichos y quería expresar mi descontento ¡Hasta otra grumetes!
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No creo que le caigas mal al profesor. Y no molestas en la clase, aunque tus chistes a veces son bastante subidos de tono. Neto te llevaron a la coordinacion?, yo pense que habia sido a tu amigo el briagales. Sigue escribiendo, es divertido.
ResponderEliminarBeen there bro xD
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