Uno de los temas que más me provoca curiosidad es la vida de pareja, el dinamismo entre dos personas que dan su mutuo acuerdo para darse amor (y otras cosas que no quisiera mencionar porque no soy dado a las vulgaridades). Uno de los elementos que no faltan en toda relación son los celos, que no sólo involucran el hecho de que x se encuentre celoso o celosa de y, sino que lleva a situaciones y pajas mentales de lo más divertidas y bizarras*.
¡Bien dicho! ¡Denle una cerveza a este cabrón!
Identifico dos tipos de celos en las personas: los celos naturales y los celos cabales. Los celos naturales son aquellos que no podemos evitar tener, se disparan a la menor provocación y nos ponen en alerta de que nos están bajando a nuestra parejita. Los celos naturales evocan a veces en nosotros numerosas chaquetas mentales.
¡Responde maldita traidora!
Los celos cabales en cambio, son aquellos celos naturales que han pasado una especie de imperativo categórico. Son celos que han sido procesados racionalmente y fundamentados. Cabe destacar que cada quien tiene un criterio distinto para los celos cabales.
La flaca y yo hemos descubierto que nuestros celos naturales se disparan a la menor provocación, es rara una persona a la que no le ocurra lo mismo. Sin embargo, el modo en que procesamos esa emoción varía de persona a persona; el estado de ánimo y otros factores influyen en éste proceso. Algunas personas no soportan que su pareja hable con otras personas del sexo opuesto, o del mismo sexo, se dejan llevar demasiado por los celos naturales.
Los celos desencadenan una de las cosas más divertidas y contradictorias en la vida del ser humano: la paja mental. Es algo de lo que muchos se quejan de sus padres, es simple: tardas diez minutos más en llegar a tu casa o no contestas el teléfono un par de veces y tus padres piensan que ya te secuestraron los Yihadistas o que Boko Haram te acaba de cortar las bolas y... pues no, simplemente no escuchaste el móvil o lo olvidaste para ir al baño, en ese momento todos decimos que nuestros padres son unos exageraditos.
Lo que pocos pueden darse cuenta es que lo mismo sucede cuando nuestra pareja no contesta un mensaje de Whats App o Facebook, inmediatamente viene el síndrome del punani esquizofrénico o la pija esquizofrénica. El individuo comienza a dudar de su pareja "¿Y si está con otr@?" "¿Si me odia y ya no quiere hablarme más?" "¿Y si ya la harte? ¿Me irá a cortar?". La misma mente comienza a jodernos hasta la locura; y al final la pareja simplemente tomó una siesta o fué al baño a echarse un cake y no se llevo el teléfono. Supongo que ahora comprendereís un poquito mejor a vuestros padres con sus exageraciones.
Hay personas a las que el Síndrome les afecta más que a otras que dejan llevarse mucho más por estas jugarretas de la mente. A veces porque simplemente se dejan llevar mucho por sus pajas mentales, otras veces porque sus experiencias amorosas no han sido gratas y andan siempre a la defensiva -Esto aunque parezca bueno, es muy pendejo, otro día les digo por qué-.
Librarse del Síndrome es a veces casi imposible, la solución es y será siempre la distracción; pero una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Sin embargo, queridos punanis y queridas pijas del público: si quieren y confían en sus parejas ¡Dejen de mamar de una puta vez! ¡Coño! ¡Encélense de algo que realmente sea serio!. Si me preguntan de qué hay que encelarse, bueno, he de decirles que la experiencia les ayudará a distinguir las pendejadas de las cosas serias, ni más ni menos. Les dejo este punto de vista en vuestras manitas; pueden tomarlo como un consejo o limpiarse el aniseto con él, me tiene sin cuidado ¡Hasta otra grumetes!
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Ey...
Los celos desencadenan una de las cosas más divertidas y contradictorias en la vida del ser humano: la paja mental. Es algo de lo que muchos se quejan de sus padres, es simple: tardas diez minutos más en llegar a tu casa o no contestas el teléfono un par de veces y tus padres piensan que ya te secuestraron los Yihadistas o que Boko Haram te acaba de cortar las bolas y... pues no, simplemente no escuchaste el móvil o lo olvidaste para ir al baño, en ese momento todos decimos que nuestros padres son unos exageraditos.
Ley de la paternidad.
Lo que pocos pueden darse cuenta es que lo mismo sucede cuando nuestra pareja no contesta un mensaje de Whats App o Facebook, inmediatamente viene el síndrome del punani esquizofrénico o la pija esquizofrénica. El individuo comienza a dudar de su pareja "¿Y si está con otr@?" "¿Si me odia y ya no quiere hablarme más?" "¿Y si ya la harte? ¿Me irá a cortar?". La misma mente comienza a jodernos hasta la locura; y al final la pareja simplemente tomó una siesta o fué al baño a echarse un cake y no se llevo el teléfono. Supongo que ahora comprendereís un poquito mejor a vuestros padres con sus exageraciones.
La flaca, siempre.
Hay personas a las que el Síndrome les afecta más que a otras que dejan llevarse mucho más por estas jugarretas de la mente. A veces porque simplemente se dejan llevar mucho por sus pajas mentales, otras veces porque sus experiencias amorosas no han sido gratas y andan siempre a la defensiva -Esto aunque parezca bueno, es muy pendejo, otro día les digo por qué-.
Ejem...
Librarse del Síndrome es a veces casi imposible, la solución es y será siempre la distracción; pero una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Sin embargo, queridos punanis y queridas pijas del público: si quieren y confían en sus parejas ¡Dejen de mamar de una puta vez! ¡Coño! ¡Encélense de algo que realmente sea serio!. Si me preguntan de qué hay que encelarse, bueno, he de decirles que la experiencia les ayudará a distinguir las pendejadas de las cosas serias, ni más ni menos. Les dejo este punto de vista en vuestras manitas; pueden tomarlo como un consejo o limpiarse el aniseto con él, me tiene sin cuidado ¡Hasta otra grumetes!
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