jueves, 30 de abril de 2015

La sobrevaloración de las redes sociales.

El presente artículo no abordará el tema de la cantidad de tiempo que invertimos en nuestras redes sociales favoritas. Hablaré un problema que me parece mucho más grave y que me parece más importante: la importancia que le damos a la información que vemos en dichas redes sociales. 

Sin comentarios...

Según estadísticas, cerca de veintiocho millones de parejas han roto a causa de Facebook. Puedo decir casi con certeza que más de el doble de las parejas tienen discusiones ridículas a causa de un like o un comentario. Claro, Facebook también es el medio por el que varias mujeres se han dado cuenta de los cuernotes que le pone la pareja, y ha tenido gran utilidad para rastrear crímenes, pero no me refiero a eso.

Algunos sabios decían que debemos conocer aquello que es inferior a nosotros
y admirar aquello que es superior, nunca al revez.
Porque si admiramos a aquello que es inferior a nosotros nos terminamos
rebajando a ello... y esta puta frase ya se extendió un vergo COÑO.

Cada vez que la flaca tiene opotunidad, toma mi teléfono y pone estados tipo "Me gudtaría tener la rica verga de el papi de Alejandro Fernandez entre mis nalguitas". Mi madre los ve y me pregunta "¿Es verdad eso que pusiste hijo?", "No... fue la flaca que me puso esa vaina", "Qué hija de la verga, dile que no lo haga". Aunque es molesto que me cuestionen esas cosas, el premio se lo llevó uno de mis amigos. 

Un día publiqué una bromita que decía "¡Voy a ser papá!". Eran de esas que ponías en tu muro y esperabas a que la gente le diera like o la comentara, una vez que sucedía esto por mensaje privado les decías que era una broma y que debías poner algún estado de una lista para formar una cadena. Uno de mis amigos puso el estado de "¡Voy a ser papá!". Cuando les dijo a sus familiares que era una broma, me dijo que muchos lo regañaron por su broma. No pinches putas vergas mames.

Eso provoca que le demos tanta importancia, nos rebajamos...
por los chescos.

He escuchado de personas que son despedidas de sus trabajos o no aceptadas por lo que se ve en su muro de Facebook. No puedo dar un límite exacto; pero una cosa es que despidan a una persona por publicar chistes de humor negro y otra bien distinta por publicar pestes de su jefe; hay límites que no pueden cruzarse. 

Sin embargo las redes sociales son un espacio personal donde uno puede expresarse libremente. Cada quién sabe qué poner y qué no poner, y por supuesto nadie tiene el derecho de prohibirle expresarlo; puede provocar la respuesta de la gente, pero nunca se le debe coaccionar a ninguna persona por lo que pone en su espacio personal. 

La solución para los problemas en el internet es,
como proponen los epicúreos, la ataraxia.

Es tarea complicada dejar de tomarse una red social tan enserio; sin embargo me creo que el esfuerzo valdrá la pena para hacer de ellas útiles y divertidas. Encuentro a las redes sociales una manera de mantenerse en contacto con muchas personas sin encontrarse abrumado, como los amigos de la prepa o la universidad, es un espacio que nos acerca; sin embargo a mi juicio importa más lo que hay afuera que las interacciones virtuales. ¡Hasta otra grumetes!

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