Es así como Jesús convirtió el agua en vino y la fiesta no fue una hueva total.
El consumo de bebidas alcohólicas está bastante ligado a la historia del ser humano. Los orígenes del alcohol son ciertamente confusos; sin embargo me creo que es uno de esos descubrimientos accidentales. Me imagino que algún gilipollas dejó fermentar las uvas o la cebada y aquello dió origen a la primera cerveza o vino.
En grecia los pomos eran como de colección.
En el mundo el vino forma parte importante para la cultura universal. Y no sólo lo digo por la impresionante cantidad de Godínez que se van por su chela después de salir de trabajar cada viernes. Sino que las bebidas alcohólicas tienen un enorme vínculo con nuestra historia, nuestras artes, e incluso nuestra religión.
Y es que las bebidas alcohólicas definen a cada país. Tequila a los mexicanos,
fernet a los argentinos, el pisco a los peruanos y chilenos,
sake a los japoneses, vodka a los rusos... y así por siempre.
Aquí algunos ejemplos. Se dice que Noé cuando terminó el gran diluvio se puso hasta las chanclas con vino. Odiseo emborrachó a Polifemo para poder enterrarle una lanza en su único ojo y escapar de su cueva amarrado a una oveja. En las misas el padre se echa su alipuz; lo mismo sucede en los ritos y otras ceremonias religiosas. En El Banquete de Platón todos están bien crudos y concuerdan en beber con moderación. Según la mitología nórdica, aquellos guerreros que se desempeñaron con valor en batalla eran bienvenidos en el Valhalla; lugar donde les aguardaba un banquete y la mejor hidromiel del universo. Y por supuesto ¿Qué toman los piratas? Ron Kill Devil.
Los piratas bebemos ron... bueno,
más bien lo que traigan los barcos que saqueamos.
Muchas historias envuelven al alcohol, y puedo asegurar que vosotros mismos conocéis un par de historias relacionadas con el alcohol. Es su efecto el que provoca el deseo de tomar el alcohol. Uno se siente que lo puede todo, por ello la expresión "Hold my Beer". Sin embargo, todo lo que sube debe de caer, y el abuso provoca todo tipo de situaciones divertidas, y por supuesto trágicas.
Los momentos "hold my beer" no siempre terminan bien.
Es así que el alcohol tiene influencia en la humanidad, positivamente o negativamente, pero la tiene. Ya sea como un lubricante social o como un medio para entrar en contacto con lo divino, el alcohol siempre estará con nosotros, y nosotros con èl ¡Hasta otra grumetes!
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