El día de San Valentín.

Y pensar que a nombre de éste santo hemos

fornicado infinitas veces.

La cantidad de veces que he festejado San Valentín se reducen a dos (Tres, ahora que festejé con la flaca... bueno, no propiamente... ¿O sí? Bueno salimos y tal... bueno sí), la segunda no tiene nada que resaltar, sin embargo, la primera hizo mella en mi persona. Para comprender mejor esta historia debo de confesarles que soy judío, no porque venga de familia judía, sino porque soy tan tacaño como lo son ellos.

Mucho amor y pollas en vinagre, pero bien

que hay que aflojar la mosca.

Dicho esto, podemos proseguir, estaba en preparatoria e iba a ser mi primer San Valentín con novia, el día llegó y hubo una kermesse, no cabe mencionar que me encontraba emocionado, y hasta cierto sentido orgulloso. Todo muy lindo, comimos un par de cosas y así, sin embargo la parte que nos importa se encuentra a la salida de mi escuela. 

Mirenlo al cabrón...

Salimos de la kermesse y fuera de la escuela había un señor globero, mi cartera tembló al verle desde mi pantalón. Mi en ese momento novia miró con ojitos brillantes esos globos, y me dijo con una voz infantil "¿Me compras ese globo?" Quería globo de la vaca Cowco, parte de Gusanito, una empresa satánica que se dedica a hacer postales, en ese tiempo tenía gran fama. Total que le compre no uno, dos putos globos, equivalente a doscientos pesos, equivalentes a unos dieciocho dólares, o un poco más de veinte euros (A los europeos o estadounidenses no les parecerá excesivo, pero en lo que respecta a México de precios es una buena lana...).

Maldito Cowco, me robaste mi dinero.

Aparte los hijos de puta de los globeros aumentan exponencialmente 

los precios el 14 de febrero, qué culeros.

Con esa cantidad pude haberle comprado otras mil cosas mucho más útiles, pero ella quiso un pinche globo, que lo único que puede hacer es flotar por el aire; neta no entiendo por qué hay quienes creen que estas cosas son una buena idea para un regalo (Nótese mi dolor de codo).

Ella no aprendió algo, dinero.

Hace un tiempo le pregunté a la que es ahora mi ex qué había le había hecho a esos globos, me dijo que aún los guarda por ahí, evidentemente desinflados, pero por ahí andan, al menos mis doscientos pesos no son del todo un desperdicio. Esto me hizo pensar en el futuro en regalos más útiles y no burradas, un buen libro, por ejemplo.

También pude comprar otro tipo de "globos"...

Como sea, la falta de novias en los catorces de febrero me provoco una indiferencia a éste día, sin embargo siempre es "lindo" festejar estos días acompañados de los que más mamamos. "También es de la amistad", bueno, sólo es cómodo festejarlo con amigas mujeres, porque entre hombres es más gay que tocarse las pelotillas mutuamente. Los dejaré con una canción para dedicarle a la damita éste 14 de febrero y que ella le entregue el tesorito sin mucho problema ¡Hasta otra grumetes!

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