viernes, 24 de marzo de 2017

Sobre la Contaminación, la Movilidad y Otras Cuestiones Selectas.

Últimamente he hecho artículos un poco largos,
pero prometo regresar a las coñas :)

El sueño de muchas personas es el de poseer un vehículo propio; mi padre siempre me cuenta orgulloso que a sus veintiocho ya tenía un carro, y lo cuenta con tanto entusiasmo que es evidente que esa era una de sus grandes metas e la vida. ¿Por qué? Un auto propio hace sentir al propietario dos cosas: status e independencia. Ahora bien ¿A qué viene todo este cuento?


Sí, yo tendré un Charger, pero funcionará con un motor de hidrógeno.

En los últimos meses, todos mis ingresos vienen de hacer entregas y pequeños encargos a lo largo del día. Cierta vez, andaba en circuito interior a medio día y había tráfico, tal cosa me hizo preguntarme ¿qué hace toda esta gente aquí? ¿No deberían estar trabajando? No espero que a medio día las calles estén vacías, pero... tampoco atiborradas de autos. El fenómeno me hizo investigar por internet y dí con el dato de que en la CDMX circulan más de cinco millones de automóviles; si incluimos a la población del área metropolitana -veintiún millones-, podríamos decir que hay un auto por cada cuatro personas. Ahora todo ese puto tráfico tiene sentido.



En días recientes se declaró que respirar el aire de la Ciudad de México por un día es equivalente a fumar cuarenta cigarrillos. Lo anterior es un meme si tomamos en cuenta el impuesto que le pusieron a los cigarros para que la gente fume menos; como dijo una amiga "y así es como moriré de cáncer de pulmón sin haber fumado una sola vez". ¿Por qué ocurre esto?


Algo así.

Comencemos por lo básico, la mayoría de los autos que pueden verse por las mañanas son ocupados por una sola persona; es decir, que donde caben cinco, va uno. La mayoría son godínez que van al trabajo ¿Por qué no usan el Metro u otros sistemas de transporte? Dos palabras: comodidad y seguridad. Además, la solución no está en hacer que más personas usen el metro, veamos qué pasa con él.


Ya no necesito morirme para ver el infierno.

El año pasado, el sistema de transporte Metro afirmó tener un sobrecupo de dos millones y medio de personas diariamente; es decir, el STC Metro recibe a diario cinco millones y medio de personas, mientras que el diseño de éste sólo puede transportar a tres millones -¡Olé tus cojones! casi el doble de su capacidad-. Ellos dicen que tienen que importar todas las piezas del extranjero y que con el aumento en los precios del euro y el dólar necesitan más dinero. De por sí la gente la hizo mil de pedo porque el costo del pasaje había ascendido a $5 pesos... la revolución se desata si lo suben a los $13 pesos que, dicen ellos, cuesta realmente; de entrada, yo no lo usaría porque soy triscaidecafóbico. Un segundo... ¿No somos nosotros los que producimos materia prima? ¿No podríamos perfectamente hacer las refacciones del metro nosotros? Ah, pero a nadie le interesa invertir en esas mierdas que no sirven para nada ¿verdad? 

¿Es coincidencia que las contingencias ambientales se dispararan poco después de entrar en vigor el nuevo reglamento de tránsito? Yo digo que no. Los nuevos límites de velocidad son absurdos y la eliminación de la vuelta continua fue una reverenda pendejada. No encuentro la fuente, pero recuerdo perfectamente que Mancera dijo que ese reglamento de tránsito fue basado en el que tenían ciertas ciudades de Europa. Con todo respeto, señor Mancera ¿Sus padres son hermanos? Porque las ciudades de Europa tienen mucha menos población y el límite de velocidad en vías rápidas allá es de 100km/hr; y Circuito Interior, que es una vía rápida, tiene un límite de velocidad de 80km/hr ¿Qué pedo? ¿Por qué no hacer como en Texas que en sus vías rápidas te dejan ir hasta a 140km/hr? Me estoy emperrando.


¿Por qué ponen jardineras tan jodidamente anchas?
Bastaba con hacer algo como lo de abajo.

¡¿Qué les costaba hacer esto?!
Me estoy poniendo como el Tuca Ferreti.

La nula cultura vial que tiene la gente aquí es otro factor: están los imbéciles de mierda que van en el carril de alta a 40 km/h, los zánganos de porquería que hacen doble fila para dar vuelta o salir de una avenida, los pendejos del culo que no respetan la regla universal del uno y uno, el parido del orto que ocupa dos carriles a la vez porque no se ha decidido por cual irse... ¡IMBÉCILES BUENOS PARA NADA! ¡¿DÓNDE COÑO SE OLVIDARON EL SENTIDO COMÚN?! ¡¿EN VUESTROS CULOS?! *suspiro* lo siento, ya me puse de malitas.


Todo lo anterior resumido en un vídeo.

La cerecita sobre el pastel vino cuando a Mancera se le ocurrió aplicar el "hoy no circula indefinido" (suena a carta de YuGiOh) sólo a autos particulares. No a los taxistas, que por lo regular utilizan autos muy viejos; ni a los camiones, que parecen funcionar con puto carbón, porque no encuentro otra maldita razón para que tiren tanto humo. Lo cual me lleva al último punto: los transportistas y la industria, nadie los controla. 


Esto debería contar como dada o alguna
corriente artística similar.

Los camiones de carga, los de pasajeros y los taxis suelen circular a todas horas del día; además, contaminan un chingo porque por lo regular son modelos viejos ¿Por qué no aplicar medidas ahí? Entiendo que cambiar de auto no es tan fácil como cambiar de gayumbos pero... se me ocurre hacer que por ley los vehículos de cualquier tipo de transporte mantengan un estándar de calidad y que el gobierno apoye a los transportistas a dar mantenimiento a sus vehículos para que no parezcan chimeneas. (Ya, háganme jefe de gobierno JP el Pirata pal 2018)

Otra cosa, si vamos a contar a la zona metropolitana como parte de la CDMX ¿Por qué no conectar el STC Metro hasta allá? Claro, primero hay que mejorar la movilidad del sistema que ya tenemos porque tiene sobrecupo, pero... esta medida podría disminuir la cantidad de autos que vienen desde el Estado de México -y que recorren un chingo de terreno-. También ¿Para qué quiero un Metrobús si siguen circulando camiones en vías paralelas? ¿Por qué no hacer que modifiquen sus rutas?.

Proyectos como la eco-bici son geniales, pero si los limitamos a Polanco y sus alrededores no sirven de nada. A una amiga le robaron su bicicleta por segunda vez porque no hay lugares seguros para dejarlas; si yo tuviera un estacionamiento, pondría un par de racks para bicicletas (que no ocupan mucho espacio) y cobraría una módica cantidad de dinero por dejarlas ahí, gano dinero e impulso a la gente a usar este medio de transporte -cuya única emisión son los pedos de su usuario-.


Estamos muy lejos de estacionamientos tan chingones como estos pero...
por algo se empieza.

Dejaré para otra ocasión hablar de la seguridad en México, porque los criminales impulsan a la gente a moverse en automóvil. Sólo diré que es evidente la necesidad de una policía mejor pagada y entrenada para hacer que la gente confíe en los medios de transporte colectivo.


¡Edúquese carajo!

No podemos esperar más tiempo para hacer cambios drásticos en el sistema. Si queremos, al menos, revertir en algo la contaminación, debemos comenzar ya. Sí, es hora de exigir al gobierno que se ponga a trabajar; sin embargo, también la población necesita empezar a educarse y dejar los malos hábitos. Es necesario que nos hagamos de una cultura vial. 

En auto: deja de ser un puto cafre y respeta las reglas; no vayas por el carril de alta a 50km/hr; procura anticipar tus salidas y no te metas a las filas; camina o usa tu bicicleta si vas a recorrer poca distancia, no seas huevón. Como peatón y ciclista: deja de hacer doble fila en las escaleras eléctricas del metro y deja pasar a quienes tienen prisa; deja pinches salir antes de entrar; ve por dónde carajo vas, no te distraigas; si tienes prisa, mantente alerta y ve con cuidado. Aún estamos a tiempo para actuar, y si comenzamos por nuestros hábitos, veremos grandes cambios ¡Hasta otra grumetes!






miércoles, 8 de marzo de 2017

Vocación

Este es un artículo largo de cojones, pero... espero sea de ayuda.

Soy una persona distraída y ensimismada; sin darme cuenta se me van las cabras a pastar al monte y me olvido de lo que me rodea. Por ello, nunca tuve aptitud académica; tengo amigos que suelen decir que eran un asco en la escuela porque tenían ochos, y yo desde secundaria no pasaba del siete. Sufrí demasiado con mis padres por eso; recuerdo a mi madre decir a cada momento "vas de mal en peor" y a mi padre decir que estaba harto de mis pendejadas. En la preparatoria, mis padres me amenazaron con sacarme de la escuela y meterme a un autolavado si no mejoraba; me lo creí y estuve muy acojonado, pero... ni así pude subir mis números.


Imaginen a un chamaco más apiñonao y se parecerá a mí.

En mis momentos más bajos contemplé el suicidio como una opción; era un bueno para nada, no sabía qué mierda iba a hacer de mi vida. Sin embargo, seguí adelante, mi personalidad se tornó burlona y sarcástica; tal vez para evitar esos pensamientos suicidas.

No sé cómo, pero salí de la preparatoria sin problemas e inmediatamente entré a la universidad. Hice un examen para psicología en la UVM y uno para pedagogía en la UP. En ambas pasé el examen sin problemas; sin embargo, en pedagogía me hicieron una entrevista y me rechazaron. Me ofrecieron un examen de orientación vocacional, me lo aplicaron y me salieron tres carreras: filosofía, comunicación y psicología.

Al final, con mis padres un poco temerosos por mi decisión, escogí filosofía. Los primeros semestres fueron muy duros; desde secundaria no veía exámenes con preguntas abiertas, y no sabía cómo responderlos. Pertenecía al grupito de los que iban terrible, muchos se salieron de la carrera; yo estuve a punto de salirme también, pero mis amigos y profesores me incentivaron a seguir luchando. Nunca pensé que podría terminar una carrera, pero... simplemente pasó.

Recordar todo esto me hizo pensar en mis padres; en cómo habían hecho algo que no es tan común, apoyar las locuras de su chilpayate. También me puse a pensar en todas las personas que no recibieron ese apoyo, quienes no pudieron seguir su sueño; en la suerte que tuve de seguir el camino que yo quise.


Está chidita la imagen.

En México, 25% de los jóvenes son ninis, y -dice Forbes- el 93% de los estudiantes que comienzan una carrera no la terminan ¿A qué se deben estas cifras tan alarmantes? He aquí mis teorías.

Primeramente, no entiendo la devoción que tienen muchos por las matemáticas. Infinidad de niños y jóvenes toman clases en kumon o los mandan a regularización exclusivamente de matemáticas; tal vez como un ridículo esfuerzo de orientarlos a ser economistas, ingenieros o algo que huela a dinero. Esta manía con las matemáticas cierra mucho las posibilidades para cada individuo; nos quita de descubrir el talento de cada persona al intentar incursionarle en una sola área.


No me malinterpretéis, no es que diga que las matemáticas no importen;
 simplemente que hay muchas otras áreas en las que incursionar,
y sólo tomar en cuenta una es tonto.

En la última prueba ENLACE (2016), el porcentaje de alumnos con las mas altas calificaciones en Comunicación fue de casi 45%, mientras que en Matemáticas fue de 39%. Sin embargo en 2014, la brecha entre Comunicación y Matemáticas era mucho más grande, con 50% y 36% respectivamente; si tomamos en cuenta lo que he dicho en el párrafo anterior, esto es poco más que irónico.

Un profesor me dijo una vez "Si te gusta lo que haces, te irá bien". Frase que me lleva al siguiente problema, la fijación por las "carreras rentables". La obsesión de padres e hijos por escoger una carrera "bien pagada" es absurda y altamente dañina. Los jóvenes que usan este criterio se transforman en profesionistas mediocres; personas que nunca podrán llegar lejos porque no les gusta lo que hacen. 

Es importante hacer entender a la gente que en todas se puede hacer dinero; que todas tienen sus propias ocupaciones y áreas de empleo. Una ingeniería no garantiza a nadie ni siquiera un buen trabajo; si es por el dinero, lo mejor sería hacerse de un buen negocio y dejarse de estas tonterías.


Hay quienes creen que con el título de ingeniero o abogado te llueven dollars,
yates y autos... pero no.

La culpa no es de todo nuestra, el poco interés que muestra el gobierno por la educación es brutal. Los proyectos científicos en nuestro país siempre se quedan en nada; a cada momento escuchamos de los "grandes descubrimientos mexicanos" pero... no se patentan ni reciben incentivos. El deporte va fatal, si alguien quiere ser deportista debe de saber que se enfrenta a federaciones corruptas y decadentes; infinidad de atletas renuncian al deporte por el nulo apoyo que reciben de las federaciones. La cultura va del culo, el gobierno parece estilista pedorro recortando el presupuesto cada vez más.



Tenemos que presionar al gobierno para que deje de rascarse los huevitos y ponga a los funcionarios a currar de una puta vez. Obligarlos a invertir en los proyectos científicos locales; a invertir en el deporte; a invertir en proyectos culturales. A cambio, nosotros debemos mostrar interés por esos proyectos científicos; interesarnos en otros deportes que no sean el fútbol; ir a museos en vez de despilfarrar nuestro dinero en el cine.

Las escuelas deben de tomar cartas en el asunto. Aplicar exámenes de orientación vocacional a los alumnos e informarles sobre las distintas profesiones. También necesitan acercarse a los padres para darles asesoría, hacerles entender que no existe la "carrera ideal"; que ninguna carrera te hace llover los dólares.

Los padres deben de guiar los proyectos de sus chilpayates. Necesitan dialogar con ellos, ayudarlos con su experiencia a encontrar eso que les gusta; no de forzarlos a seguir un camino que no les traerá nada bueno. -y dejar de meterlos a putas clases de matemáticas a la de a huevo, hay más cosas-

Los estudiantes tienen la obligación de informarse e investigar sobre las carreras que les interesan. Necesitan reflexionar profundamente qué quieren hacer por el resto de sus vidas; no dejarse influenciar por lo que digan otros y hacer suya esa decisión, porque es la más importante que van a hacer en su vida.



Solucionar los problemas que enfrenta nuestra juventud es complicado. Sin embargo, dos de los cuatro deberes son directamente nuestra responsabilidad, podemos empezar por ahí; eso al menos nos permitiría descubrir el verdadero talento de cada persona y evitar que tantos dejen los estudios porque no encuentran su lugar. El camino es lago y lleno de tropezones; pero es algo por lo que vale la pena pelear. ¡Hasta otra grumetes!

jueves, 2 de marzo de 2017

Videojuegos y Censura

Mi padre nació en los 70's, década en el que los videojuegos comenzaban a verse como un juguete con el que potencialmente se podía hacer un negocio; las máquinas de arcade apenas comenzaban a instalarse en bares y lugares de recreación en los Estados Unidos. Mi padre nunca jugó a videojuegos ni le interesó; actualmente sólo juega al billar en su celular, nada más.


El padre de los videojuegos, Ralph Baer.

Yo nací en los 90's, una década controversial para los videojuegos. En aquellos días, tuvimos el boom de los juegos violentos: Mortal Kombat (1992) -y una lista interminable de sus infames clones-Wolfenstein 3D (1992)Doom (1993)Blood (1997)Duke Nukem (1991)Quake (1996)Carmageddon (1997)Twisted Metal (1995)... muchos desarrolladores quisieron crear videojuegos que pivotaran en torno a la violencia y se enfocaran a un público adulto; sin embargo, el mundo entero seguía viendo a los videojuegos como un "juguete", y la sociedad no estaba lista para este bombardeo de obras violentas.



El 20 de Abril de 1999, dos jóvenes estudiantes de la Columbine High School protagonizaron uno de los capítulos más sombríos de la historia reciente de los Estados Unidos (bueno, no es que Estados Unidos tenga una historia muy basta si tomamos en cuenta que existe desde hace apenas trescientos años). Eric Harris y Dylan Klebold -con armas de fuego y explosivos caseros- asesinaron a trece personas, hirieron a veinticuatro más y se suicidaron.

La Masacre de Columbine trajo consigo numerosas controversias; entre ellas, una en torno a los videojuegos. Se sabía que los asesinos jugaban al Doom y a otros FPS (First Person Shooter). La sociedad encontró en los videojuegos al culpable perfecto, y se inició una controversia de proporciones bíblicas en torno a la violencia en los videojuegos. 


El diablo está jugando contigo, nunca lo olvides.

¿Por qué surgió controversia? El videojuego destaca de entre las otras artes porque el jugador es partícipe en la obra (Sí, los videojuegos son arte). El jugador se mete en la piel del protagonista y ejecuta las acciones (o por lo menos así debería ser). En Die Hard, Bruce Willis es quien dispara y mata a sus enemigos, y el espectador no hace más que ver; en Doom sin embargo, es el jugador quien toma el arma y dispara a los enemigos. Además, la media de una película es de una hora y media o dos, el videojuego dura mucho más tiempo.

La ESRB existe desde 1994 y se encarga de clasificar a los videojuegos según su contenido; que los padres no miren lo que le dan a sus hijos no es problema de los desarrolladores. Además, una persona no se vuelve violenta jugando a videojuegos. Yo crecí jugando al Grand Theft Auto III y no soy un asesino; miles de niños han jugado a Grand Theft Auto V y no son violentos. No quiero decir que no importa que los niños jueguen a videojuegos de adultos, no deberían hacerlo, pero tampoco debemos culpar a los videojuegos por cualquier tontería.


¿Khá? ni siquiera el puto Maincra se salva de la controversia.

Estamos lejos de aquellos días en los que la gente creía que Pokémon era satánico y que los videojuegos iban a crear una generación de asesinos y psicópatas. Sin embargo no han terminado las controversias, hace poco una televisora dijo que el Minecraft era un simulador de asesinatos y otras chorradas. Cuando salió Resident Evil 5, hubo gente que lo tachó de racista porque -según ellos- mostraba a un protagonista blanco matando negros; el puto juego era en África, ni modo que mataran nórdicos o asiáticos. Hay quienes afirman que Grand Theft Auto es peligroso para los niños -por más que se haya dicho que es una saga para adultos-.

La última y más grande controversia vino con les feministas. Activistas se fueron contra los videojuegos porque -argumentaban- cosificaban y sexualizaban a la mujer. Es cierto, hay un problema con los videojuegos y las mujeres, pero el medio es joven y arrastra vicios de hace años; no es una conspiración del patriarcado para mantener su posición de poder (para más ver el vídeo de abajo).


Mi sensei, ídolo y husbando puede explicar el problema
con las feminazis.

Estas controversias evitan que los videojuegos se desarrollen adecuadamente. Si la sociedad sigue escandalizándose por cualquier estupidez, las casas desarrolladoras tendrán miedo de atreverse a explorar nuevos temas y de innovar. Por Grand Theft Auto: San Andreas, Rockstar recibió demandas legales de padres enfurecidos porque en el juego podías tener relaciones sexuales y sus niños jugaron a eso; lo peor es que Rockstar perdió el juicio.

Hay avances, actualmente la mayoría de los padres toman conciencia de lo que juegan sus hijos y los medios han dejado de asediar a los videojuegos con estupideces. La lucha por la libertad de expresión en los videojuegos no ha terminado del todo, si Serbian Film fuera un videojuego... saben qué pasaría. Sin embargo, no todo es culpa de las controversias, el hecho de que los videojuegos sean tomados como simple entretenimiento también frena el desarrollo del juego; aunque... eso será tema para otro día. ¡Hasta otra grumetes!